lunes, abril 03, 2006

EL SECRETO DE LA VIDA

The secret of life is to have a task, something you devote your entire life to, something you bring everything to, every minute of the day for the rest of your life. And the most important thing is, it must be something you cannot possibly do.
(Más o menos, según el Gtrans: El secreto de la vida es tener una tarea, algo que usted dedica su vida entera a eso, algo que usted trae a cada minuto del día para el resto de su vida. Y la cosa más importante es, que debe ser algo que usted no puede hacer posiblemente.)

La cita es de Henry Moore, un escultor inglés. Y no lo entiendo. Aunque lo comprendo. Si el secreto de la vida es algo que se persigue, que te acosa, que te dirige y que nunca consigues, la vida es un engaño, una especie de caverna platónica, que he leído por ahí, y que tiene mucho de desdeñar las cosas diarias y cotidianas, como poco importantes. Más o menos, viene a decirnos que no se preocupe nadie de otra cosa, que no sea “eso”. Desdeñemos, pues, la cervecita del domingo, el paseo con la familia o los amigos, el libro que no hable de él o de cómo conseguirlo, el partidito de una final europea del Madrid (qué lejos queda), un bocata de choricito o una tabla de ibérico … en fin, todo eso que nos (al menos me) hace más feliz que una idea, por muy importante que sea. O más importante aún que el propio dinero, o una gota de poder , o …

Henry Moore, cuyas esculturas si llaman mucho la atención y eso a pesar de ser abstractas, no tiene mucho predicamento en esto, lo siento. Pero entonces, ¿en qué consiste esto del “secreto de la vida”? No lo sé; bueno, puedo intuirlo. Desde que tengo uso de razón, creo que llevo buscándolo, o al menos, desde que me di cuenta que la vida se escapa y no sé por dónde cogerla. Me enteré, gracias a Dios a tiempo, que no se puede coger, que es ella la que te tiene, la que te contiene, la que te ofrece, la que te cuenta, la que te felicita y en definitiva, por no seguir con la retahíla, ella es el secreto. Vivir. El cómo, tiene relativa importancia en la medida en que seas protagonista de ella, en la medida en que te libere de la angustia de que se acaba, porque ese día se rendirá a tus pies, para decirte que has logrado lo mejor de todo: conocerla. Y para ello, que me perdone el escultor, la cervecita del domingo y el periódico, por ejemplo, pueden ser muy importantes.

El Secreto de la Vida, pues, no es tan secreto, solo es una actitud. Consiste en un simple sentido por las cosas, grandes o pequeñas, las que parecen importantes, las que no lo son, o las que sí. Todo forma parte de este gran secreto, en la medida que cada día uno se sorprenda contento de lo que ha vivido. Más o menos en dormir a gusto con la almohada, esté cubierta de seda, de algodón o de simple saco … o no exista.

A partir de ese momento, el secreto de la vida, no es mas que vivirla, beberla, gustarla, saborear cada minuto de ella, en sufrimiento o en alegría, en salud o en enfermedad, sabiendo que nos hace y la hacemos, la criamos y nos crea. Nos saluda efusivamente cuando venimos a ella y nos despide como el amigo que sabe que volveremos a vernos, felices del reencuentro.

Eso sí, si paramos en la búsqueda, moriremos. Nos abandonará, como se abandonan los novios aburridos de no recibir caso del otro, o de la otra.