lunes, octubre 06, 2008

Qué vocerio

Hace poco, en una visita a Turquía, el ínclito ZP, soltaba una chorrada de esas que hacen historia con aquello de “orgullosos de la herencia del Islam” que estamos los españoles. Pasando por alto que lo que podemos estar orgullosos es de la herencia árabe, que no otomana, confunde las habas con la siesta, que no sé que tendrán que ver.

A la mayoría de los políticos, cuando les da por meter una morcilla, les ocurre que cómo no tienen mucha idea de lo que han de decir, sueltan lo primero que se les viene a la cabeza, demostrando, como bien dice mi amigo Nero, que de lo único que saben es de palabrería que se les acaba en un pensamiento lógico.

La única cultura religiosa de la que parece que los españoles nos sentimos orgullosos, es de la cristiana católica, y eso no es ser religioso, sino vivir una determinada cultura religiosa, como los chinos hacen con el budismo o los americanos con la reformada o protestante, o los árabes con la cultura islamita.

Como buen agnóstico debería el presidente pasar de los componentes religiosos y fijarse en los culturales, y hubiese caido que los turcos nos quedan justo enfrente del Mare Nostrum, y que nuestros contactos históricos han sido escasos y la mayoría de las veces en tierras ajenas para ambos. Podría decir con toda tranquilidad y seguridad que estamos orgullosos de la herencia árabe, porque esa sí la tenemos a mucho orgullo, impregnada desde el lenguaje hasta las costumbres mas cotidianas. Pero me imagino que para una morcilla en tierras turcas, no le valdría. O sea, metió la pata y no la sacó, claro.

Si se analizan los discursos de estos políticos nuestros, veremos que la mayoría, ya que se los dan hechos los asesores que tienen, no cometen excesivas barbaridades, excepto la morales, pero a esas ahora no nos estamos refiriendo; pero cuando les da por meter morcillas, la cagan. Sigo citando a mi amigo Nero, cuando dice que “qué se puede esperar de tíos que se dedican y solo se han dedicado a labores de partidos, sin trabajo civil ...”.

Y si pasamos de los políticos a otro tipo de personajes públicos que de todo opinan, aunque solo sepan de algo (poco o mucho), metiendo la pata de manera rutilante (porque se consideran estrellas, claro) y se quedan tan panchos, tenemos una fauna de voceros espeluznante. Ya no dejan hablar a los que saben y los pocos que sabían y hablaban, han desaparecido.

ZP debería leer más a Borges que le gusta, pero asimilando. O mejor a los clásicos españoles, que esos sí que enseñan. Mientras, que las morcillas que toque sean las de su tierra.