lunes, febrero 23, 2009

CINCO MINUTOS

De un tiempo a esta parte, todos hablamos de crisis y con razón, que está comenzando a surgir la tragedia en la parte de los de siempre; los de siempre que no la han sentido, ni la sentirán dicen que es una oportunidad de riqueza.

Pues bien, es tiempo de reflexionar, de parar, de conmutar, de reiniciar … aunque solo sea cinco minutos.

Si el fin del hombre es la felicidad, y esta no se consigue, hay que reiniciar el camino. Nunca, además es tarde. Siempre me ha parecido que la capacidad de búsqueda del hombre se detiene en ocasiones, y de manera atropellada intentamos opciones que no son convenientes. Y tiene que haber un camino, como bien diría León Felipe: “Para cada hombre guarda / un rayo nuevo de luz el sol / y un camino virgen Dios”; se trata de buscarlo, y si no nos va bien por donde vamos, habrá que dar un rodeo, buscar … No es conveniente “dar coces contra el aguijón”. Cinco minutos, para parar, pensar … y buscar la opción más conveniente. Tal como diría la dinámica católica de la cuaresma, si es necesario, convertirse. No es un problema solo de identidad o de salvaguarda, es cuestión de cuestionarse (valga la redundancia), continuamente.

Como a estas alturas de la película, ya habrá quién sapee y culebree, aunque sea mentalmente, decirle que la sabiduría no viene infusa en ninguna de sus acepciones, sino que es un trabajo, un continuo desplegarse, tal como la mariposa a partir de la oruga, pasando incluso por la muerte; porque cómo también diría Lao-Tsé, “lo que para la oruga es el fin del mundo el resto del mundo lo llama mariposa”. Dejo que me penséis o llaméis “tontolhaba”, cursi, por tanta cita poética, pero la verdad no tiene por qué ser una macabra y soez palabrota, es más, ni siquiera es esa la más verdad, sino que se manifiesta mucho más cierta en la poesía que en la prosa, en la belleza que en la ciencia, y lo dice uno que presume de racionalidad por encima de todo.

¿Y todo esto qué tiene que ver con la crisis? Pues porque sigue siendo oportunidad de riqueza, pero no de la que habíais pensado primero, sino de otra más profunda que no se apolilla, ni se oxida, ni se la llevan los bancos, ni siquiera Hacienda, porque es hacienda del alma.

Es tiempo de tomarse cinco minutos, o cinco horas, o cinco días, o cincuenta (bueno, que ha sido miércoles de ceniza, cuarenta). Pero es una nueva oportunidad. El camino no tiene que ser el que hemos llevado como cierto hasta ahora. Hay otras oportunidades, y como fiel Penélope, la vida nos espera para entretejernos una nueva al clarear el día, si destejemos en la oscuridad de la noche. Pascua será pronto, ya verás.

Pensiones

Siempre he sostenido que yo no conocería el cobro de la pensión que papá estado tendría que comenzar a pagar a partir de mis 65 años. Todo eso lo pensaba a partir de aquel Pacto de Toledo que en este 2009 debe renovarse. Porque ya en aquel pacto (pasto más bien de muchos), un ínclito sindicalista (radical, claro) reclamaba que no fuese firmado, porque acarrearía como resultado que los que entonces teníamos ya unos determinados añitos, no llegaríamos a cobrar la susodicha pensión.

Hace poco era un artista en los números el que sacaba a relucir que el regalo a los bancos, hecho por el gobierno, significaba un retraerse un poco más la hucha común. De tal manera esto era así que difícilmente cobrarán pensión aquellos que tienen menos de 50, o sea que me comeré un rosco. Lo bueno del caso es que lo tengo asumido desde hace unos años y que, como se me supone la soledad, o quizá el no poder llegar, no será más que uno más en el saco de los menos menesterosos. Eso seguro. Lo siento por aquellos que llegarán en pareja y en peores condiciones (la mayoría), pero tened seguro que no habrá para todos. Y menos después de los despilfarros que les pagamos a nuestros dirigentes.

El Pacto de Toledo, sobre los demás, entre los dos partidos PSOE y PP, que como digo tiene que renovarse en los próximos meses, dice que cobraremos entre un 20 y un 30 % menos, pero que no os engañen: simplemente no habrá. Los que saben de números y dineros lo tienen claro, la hucha ha comenzado a romperse, y no hay quién la recomponga. Eso sí, nos darán la salida de una “muerte digna”, vamos que te suicides y te jodas, que ya no eres productivo.

Lo peor del caso es que por ley, no podemos denunciar esta canallada, una más del famoso “estado del bienestar”, porque sencillamente somos un tornillo más dentro de la maquinaria y el operador no deja que se pare nada, ni nadie se baje. O sea, paga y calla. Luego te lo quitamos y calla. Tú lee los periódicos que te decimos, mira la tele que te ponemos y escucha lo que nosotros queremos.

Si usted es de los tentados en decir que soy un exagerado o que me equivocaré, denme un poco de tiempo, solo un poco más. Tardaremos muy poco en escuchar de forma mucho menos definida, claro está, lo mismo que les estoy comentando. Yo no cobraré la pensión del jubilado. Tampoco es que me importe mucho ya lo digo, porque lo tengo bien asumido y muchos cercanos me lo habréis oído comentar. Lo siento por muchos…

Ah, por cierto, el que haya cotizado (que no trabajado) menos de 45 años, comenzará a tenerlo chungo a partir de ya mismo, por lo visto.

¿Los sindicatos? Jajaja … Cobran del papá estado … No dirán nada.