martes, junio 22, 2010

30.000 Millones

En estos días estamos conociendo, las cantidades de la Iglesia en España, de cara a que los que marcan la casilla a la Iglesia Católica, en la declaración de la renta, sepan qué se hace con ese dinero. Y salta a la vista algo innegable: que las actividades pastorales, educativas, sanitarias, asistenciales y demás de la Iglesia, ahorran al estado la cantidad de 30.000 millones de euros en todo el territorio nacional. La verdad es que repasando el documento, me parecen pocos. Yo diría al que son “al menos, 30.000 millones de euros”. Porque hay muchos datos que no se tienen en cuenta, pero que tampoco son contabilizables. En fin. Que los números cantan.

La cantidades, además, se está disparando en los últimos tiempos. Sé de Cáritas parroquiales, que han multiplicado sus presupuestos, porque la atención primaria a aquellos que lo necesitan se ha ido a un 200%. O, por ejemplo, que el 1% (no el 0,7% que la mayoria de los estados de naciones desarrolladas, tendrían que entregar como ayuda al desarrollo de paises pobres, pero que ninguno hace realidad -en España apenas pasa del 0,2%-) de todo aquello que entra en las arcas de la diócesis de Mérida-Badajoz por ejemplo, antes de todos los pagos, se va directamente como ayuda a proyectos asistenciales en el tercer mundo y en nuestra propia región, que se canalizan a través de Cáritas y organizaciones como Manos Unidas, Ayuda en Acción … No contamos tampoco, las cantidades que salen de las parroquias de manera anónima, o de aquellos cristianos que no quieren que sus manos izquierdas sepan lo que hacen sus derechas, y que aportan de manera particular o institucional dinero del que no se sabe la procedencia, pero que terminan siendo un bálsamo para aquellos que más sufren.

Como decía antes, los números no son lo más importantes, cabría entrar en la vida y en el tiempo de miles de personas, dedicadas a ayudar, cada uno en aquello que pueden a hacer más amable y agradable la vida de todos, especialmente de los que más sufren. Ese es el mejor capital que posee la Iglesia y desde luego no tiene nada que ver con el dinero, que es importante sí. Y cuando hablo de la Iglesia, no me refiero a curas, monjas, frailes, obispos … Iglesia es una comunidad que nace y se desarrolla en torno al seguimiento de Jesús de Nazaret y que tiene como objetivo caminar felices por la vida hasta el encuentro con el Padre, intentando que todos los que les rodean “salven” sus vidas, que tengan sentido, incluso ante el dolor o la muerte. Evidentemente, no son para nada perfectos. Tan pecadores como santos, porque Santo solo es Dios. Pero lo intentan. De ahí salen esos 30.000 millones de euros. Bueno, de ahí y del milagro que de las equis de la renta (el año pasado lo recaudado no llegó a los 300 millones de euros), se pueda hacer un trabajo que se valora en 30.000 millones. O sea, se multiplica por 100 y se devuelve a la sociedad.

Ah, por cierto, pueden ponerse las dos cruces, a la Iglesia y a Otros fines sociales, que parece que no nos lo dicen mucho eso. Cosas de papá Estado.

martes, junio 01, 2010

FESTIVALES DE HORTERAS (Bodas y comuniones)

En los últimos dos años, he ido a más bodas que en los anteriores diez juntos. La verdad es que la parafernalia de las bodas no me hace nada feliz. No entiendo en el negocio que se han convertido las celebraciones (no me refiero al sacramento, claro, sino a lo posterior) nupciales, bautismales, eucarísticas (primeras y casi siempre últimas); bueno, aquellas todas en las que se exige de etiqueta un sobre o regalo previamente tasado. Y como no lo entiendo, pues no me gusta asistir. Pero por razones, más que familiares en algunos casos, he tenido un periplo de seis bodas en estos dos últimos años.

Una de las cosas que más me admiran y me distraen, para que el cabreo no sea excesivo y acabe haciéndome daño, es el desfile de horteras asistentes. Comenzando por los trajes de los protagonistas en las ceremonias. Más novias que novios y no digamos nada de los pobres niños que solo faltarían ser envueltos en celofan, para que se les pudiera considerar paquetitos de muñecos especialmente horteras, cuando se acercan a la Eucaristía, el sacramento por cierto del compartir.

¿Quién c … ha convencido a novias/os, madres, padres, titas, abuelas, familiares varios, que los trajes o vestidos que se ponen les hacen más elegantes y/o guapo/as? Quién es capaz de convencer a algunos, la mayoría, de que van elegantes como van a estas ceremonias, es un genio. Yo no lo entiendo. No soy especialista en nada de eso, incluso soy malo y como no me preocupa mucho mi imagen, más bien muy poco, no me atrevería a decir qué combinaciones, trapos, diseños, son los mejores. Pero lo que sí tengo claro es que ocho de cada diez, novias-novios que te encuentras en las bodas son unos adefesios en sus vestimentas, que no les favorece para nada, entre otras razones, porque las propias características de los vestidos, son inviables, no ya para las tallas de la gente normal, incluso para modelos. Y no hablo de diseños, sino de simple congruencia física.

Las madrinas, casi el cien por cien, deberían denunciar a quién les vendió los trajes, y no digamos los tocados, dignos de los años más desafortunados de Ascot.

Si echamos una mirada a las fotos de los niños que acuden a participar por primera vez en la Eucaristía, sinceramente, es para reir. No entiendo como padres y madres pueden disfrazar a los niños para participar en el banquete de la justicia y la solidaridad, con algo tan poco justo y solidario, al menos con el buen gusto. Porque, en realidad, es un disfraz lo que se les pone a los niños, ya sea almirante, princesa, capitán … Quedarían geniales en un Carnaval con clase como el de Venecia, pero ¿en un templo religioso? Y además, caro. Cuando hablas con los padres lo reconocen … Hace muy pocas horas, me confesaba un padre que llevaba razón, pero haber quién tenía c … de ponerse contra mujer, suegra, madre y cuñadas varias … Casi que prefiero el disfraz de monje-monja antiguo en las celebraciones de años ha, antes que algunos que he visto.

Cada vez que a lo largo de mi trabajo pastoral he encontrado a chavales con sentido común, novias conscientes de lo que es la elegancia y a gente dispuesta a saber lo que hacen, antes del cómo llamar más la atención, lo he aplaudido. Viva el buen gusto.