VERDAD Y VERDADES
La filosofía, etimológicamente, viene a significar “amor a la sabiduría” y lo esencial en ella es la búsqueda de la verdad. Partiendo de esa premisa, se han ido conjugando diversas teorías que más o menos han pretendido aproximarse a la verdad. Esa verdad que muchos han entendido como verdad racional, olvidando el contenido afectivo y volitivo, es decir, los amores, odios y voluntades diversas, ha tenido tantas interpretaciones a lo largo de la historia, que en unos momentos, se abandona en la búsqueda de lo que llaman “mi verdad”, olvidando objetivar, dar consistencia práctica a aquello que se asume como certeza. Desde ese punto de vista, nuestro mundo padece una ausencia de la verdad y una omnipresencia de “verdades” muchas veces contradictorias y en su mayor parte, adaptadas a las necesidades personales, o a lo más ocasionales encontronazos que desmontamos en el siguiente momento, porque no nos conviene. Todo ello aderezado en una sociedad tan burguesa, en el peor sentido de la palabra, como la nuestra, con los intereses que tenemos, la mayor parte de las veces económicos y personales, nos lleva a considerar que la verdad nos pertenece en el momento que nos da razón de nuestro vivir y no admitimos lo contrario.
La trampa es la de siempre: dejarnos llevar por el viento de cualquier corriente y admitir el “status quo” como normal, cierto y verdadero.
Lo curioso del caso es que cualquier perspicaz “pensante”, y todos los somos, reconocemos que las cosas no están, ni van bien; pero mientras el bolsillo esté lleno más o menos y las necesidades cubiertas, poco importa más verdad.
Es cierto como dice el adagio latino que “primum vivere, deinde philosophare” (primero vivir, después filosofar), pero … ¡si estamos saciados de sobra!.
Me temo que la búsqueda de la verdad, nos quedaría en paños menores, y eso es complicado. Es más, en cuanto alguien nos pone en contradicción, somos capaces de desollarlo vivo, o como hacen muchos denigrar al que va contracorriente, cosa mucho más “educada” y democrática, pero tan salvajemente injusta como lo otro.
Deberíamos ser mucho más políticamente incorrecto, para poder decir y salvar las verdades del barquero, pero me temo que es igual, ya muchos estarán tentados de mandarme por lo menos al infierno al leer esto, ya que no atinarán a encontrar sentido a lo leído hasta ahora y además se me olvidará decir la esencia de lo que quería en estas letras: la verdad es una; se manifiesta de forma diferente, pero el que no se esfuerce por encontrarla, decididamente será un desgraciado aunque goce de muchos privilegios. Y además, no hay que ser un genio, que la verdad no es de estudiar, sino de ser leales con nosotros. A no ser que tomemos la nota de aquel espejo de políticos llamado Poncio Pilato que dijo aquello de “¿y qué es la verdad?”, y que le costó la vida a un hombre.
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NOTA: la cantidad de citas textuales, frases hechas y demás, únicamente tienen como motivo no extenderme en consideraciones, ya que al pertenecer más bien al mundo intuitivo, ahorran diarreas mentales.
TAREAS DOMÉSTICAS
Hace 1 semana