Estaba tentado yo, en mi dulce inopia en dedicar este mes estas líneas a las carnestolendas. Pero no. Me parece que voy a hablar de la Santa Cuaresma. Si, de esos cuarenta días que recuerdan el camino de Israel por el desierto y los que según los relatos evangélicos, Jesús dedicó al ayuno. Lo curioso es por qué Jesús, el “comilón y bebedor, amigo de ladrones y prostitutas”, se dedicó antes de su vida pública a cuarenta días de penitencia. La respuesta está en la influencia que sobre los judíos de la época ejerció la secta judía esenia.
En el s. V, comienza esta práctica de ayuno y abstinencia, en un principio solo de ayuno, en el que se intentaba hacer penitencia para la llegada de la fiesta de la Pascua, reventón de vida y alegría. A la primera intención se le hizo una posterior revisión, porque en los domingos no podía haber ayuno y abstinencia, porque ya se sabe lo que decía Jesús de los amigos del novio, que no podían ayunar si el novio estaba, y en los domingos, aunque sea de cuaresma, se celebra la presencia del novio. Por ello, se le añadieron los 6 días más que hay del miércoles de ceniza al jueves inicial del triduo pascual.
Reconozco, además que con tan mala prensa que tienen las costumbres cristianas, alguien pensará que esta no será más que una apología pseudo-tertuliana (a buscar Tertuliano en la Wiki, u otra pedia), que evidentemente, no es mi intención. Pero si hay algo claro en cualquier actividad humana seria, es la reflexión, y de eso mayormente trata la cuaresma. Es tiempo más de oración, porque cualquier práctica ascética si no es por oración, me parece una pérdida de tiempo (no me van los estoicos) y de meditación (ignaciana) en el sentido de aprender a ocupar el sitio en el mundo. Y todo, porque se acerca el acontecimiento por el cual, el mundo tiene la configuración que tiene. El acontecimiento por el que hoy nos reconocemos sujetos de derechos y deberes con el contenido que le damos. Quién dude de esto no tiene más que comparar la lista de derecho humanos evangélicos de Juan XXIII, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por cierto la papal, anterior a esta.
El que los cristianos no hayan dado mucho más testimonio de esto, no es porque la Cuaresma sea una mala práctica, sino porque hemos hecho mal la práctica. Demasiado no comer carne los viernes y joder mucho a los demás los sábados (y no me refiero a lo de la camisa nueva y …). Demasiado ayuno de alimento y poco de palabra, obra y deseo. Demasiada oscuridad, cuando lo que predicamos es luz. Demasiada amargura si estamos llamados a la alegría y la vida. Demasiada culpabilidad mal resuelta y poco sentido de la acogida. Demasiada cruz con Cristo y poca cruz vacía. Demasiado sepulcro y poca vida plena. Demasiada cofradía y hermandad de la amargura, angustia, agonía, muerte …, el día que alguien se le ocurra la de la Santísima Virgen de la Risa Continúa, o del Santísimo Cristo de la Quinta Broma, que me avise, que me apunto. Hala, feliz Santa Cuaresma, que el Carnaval son dos días y además ya solo de finde.
TAREAS DOMÉSTICAS
Hace 1 semana