En estos días estamos conociendo, las cantidades de la Iglesia en España, de cara a que los que marcan la casilla a la Iglesia Católica, en la declaración de la renta, sepan qué se hace con ese dinero. Y salta a la vista algo innegable: que las actividades pastorales, educativas, sanitarias, asistenciales y demás de la Iglesia, ahorran al estado la cantidad de 30.000 millones de euros en todo el territorio nacional. La verdad es que repasando el documento, me parecen pocos. Yo diría al que son “al menos, 30.000 millones de euros”. Porque hay muchos datos que no se tienen en cuenta, pero que tampoco son contabilizables. En fin. Que los números cantan.
La cantidades, además, se está disparando en los últimos tiempos. Sé de Cáritas parroquiales, que han multiplicado sus presupuestos, porque la atención primaria a aquellos que lo necesitan se ha ido a un 200%. O, por ejemplo, que el 1% (no el 0,7% que la mayoria de los estados de naciones desarrolladas, tendrían que entregar como ayuda al desarrollo de paises pobres, pero que ninguno hace realidad -en España apenas pasa del 0,2%-) de todo aquello que entra en las arcas de la diócesis de Mérida-Badajoz por ejemplo, antes de todos los pagos, se va directamente como ayuda a proyectos asistenciales en el tercer mundo y en nuestra propia región, que se canalizan a través de Cáritas y organizaciones como Manos Unidas, Ayuda en Acción … No contamos tampoco, las cantidades que salen de las parroquias de manera anónima, o de aquellos cristianos que no quieren que sus manos izquierdas sepan lo que hacen sus derechas, y que aportan de manera particular o institucional dinero del que no se sabe la procedencia, pero que terminan siendo un bálsamo para aquellos que más sufren.
Como decía antes, los números no son lo más importantes, cabría entrar en la vida y en el tiempo de miles de personas, dedicadas a ayudar, cada uno en aquello que pueden a hacer más amable y agradable la vida de todos, especialmente de los que más sufren. Ese es el mejor capital que posee la Iglesia y desde luego no tiene nada que ver con el dinero, que es importante sí. Y cuando hablo de la Iglesia, no me refiero a curas, monjas, frailes, obispos … Iglesia es una comunidad que nace y se desarrolla en torno al seguimiento de Jesús de Nazaret y que tiene como objetivo caminar felices por la vida hasta el encuentro con el Padre, intentando que todos los que les rodean “salven” sus vidas, que tengan sentido, incluso ante el dolor o la muerte. Evidentemente, no son para nada perfectos. Tan pecadores como santos, porque Santo solo es Dios. Pero lo intentan. De ahí salen esos 30.000 millones de euros. Bueno, de ahí y del milagro que de las equis de la renta (el año pasado lo recaudado no llegó a los 300 millones de euros), se pueda hacer un trabajo que se valora en 30.000 millones. O sea, se multiplica por 100 y se devuelve a la sociedad.
Ah, por cierto, pueden ponerse las dos cruces, a la Iglesia y a Otros fines sociales, que parece que no nos lo dicen mucho eso. Cosas de papá Estado.