A veces tienen que suceder cosas para darnos cuenta de la realidad que vivimos. Me refiero al archicomentado caso del Alakrana. Un buque atunero de bandera española y que durante más de cuarenta días ha sido objeto de un secuestro.
Pues bien, a la luz de lo acontecido últimamente con tanto secuestro de barcos cerca del cuerno de África, en el Golfo Índico, ha salido a la luz un problema más de cómo se esquilma a los africanos su riqueza.
Me refiero en concreto a la riqueza pesquera. Sí, porque unos periodistas ingleses han descubierto que las costas keniatas, están comenzando a hacer que muchísimos pescadores africanos estén viviendo mucho mejor. Me explico.
Los grandes buques occidentales (me refiero a europeos), obtienen la pesca, cerca de las costas, de manera industrial. La propia forma de pesca, además de ahuyentar a los grandes bancos de cerca de la costa, hace que enormes cantidades de otros pescados, no los codiciados atunes, sean víctimas de las redes de los atuneros, y según comentan pescadores deportivos allí residentes, el mar se llene de kilómetros y kilómetros de pescado muerto, que es devuelto a las aguas, porque no es lo que se buscaba. En resumen, los pescadores keniatas, han comprobado, como, tras la presencia de los piratas somalís, la pesca ha vuelto a sus costas, con la presencia de las especies que tradicionalmente han podido pescar.
La consecuencia es clara, la presencia de los grandes buques ha provocado un empobrecimiento de los pescadores africanos, debido a la forma industrial que tienen los grandes pesqueros de trabajar. Cuando se han retirado, por miedo a los piratas, las cosas han vuelto a sus cauces. Visto lo visto, ¿Quiénes son los piratas? ¿Quiénes son los que roban? Bonita pregunta.
Siempre es lo mismo. África, desde la llegada de los europeos, es objeto de un continuo expolio. Ya no es cuestión solo de fosfatos, diamantes, grandes animales, marfiles … ahora toca pescado, porque la voracidad de nuestra sociedad, no entiende más que de producción. Y si esa producción se lleva por delante toneladas y toneladas de pescado, que se desechan en el mar, empobreciendo a los propios africanos; poco importa. Las grandes corporaciones que utilizan además, a muchos trabajadores subsaharianos, que se roban a ellos mismos y sus pueblos, no entienden otro lenguaje.
No sé si el método de defensa de los intereses tiene otro camino, que lo tendrá, pero los pescadores keniatas, están muy contentos con la presencia de sus vecinos somalíes haciendo de piratas. Probablemente si intentasen otra manera de defender sus intereses se encontrarían con los piratas de las grandes empresas, fastidiándoles continuamente.
Por cierto, hay ciertas artes de pesca, que desde luego en los mares europeos están prohibidas … en África, parece que no.
TAREAS DOMÉSTICAS
Hace 1 semana
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