Hay una generación, la que nace entre los años 57 al 67 (por decir algunas fechas que todos reconozcan), a la que le ha tocado vivir una serie de cosas, transcendentales y no tanto, pero que marcan el conocimiento y la vida de muchas personas.
Apenas comenzamos a vivir, cuando se produce el Mayo Francés del 68, un acontecimiento que nos iba a marcar. Descubrimos que la playa estaba bajo los adoquines y que la imaginación tenía que llegar al poder. Desgraciadamente, no pudimos hacer realidad que las flores llegaran a él, porque los capullos ya lo tenían (como siempre). Y poco tiempo después en Woodstock, los “tres días de Paz y Música” redimían al mundo a través de Dylan, Baez, Simon & Garfunkel, Santana, J. Joplin, la Creedence, J. Cocker y sobre todo Jimmi Hendrix, además de muchos otros que nos pusieron sobre la pista de lo que se cantaba y el cómo. De ahí comprendimos que la hierba no solo servía para ser pisada, fíjate que cosas; aunque muchos murieron y lo que es peor malvivieron por tonterías con las drogas, especialmente aquel ácido lisérgico. Los hippies nos llevaron en volandas a los comienzos de los 70 a un socialismo utópico, cien años después, ecologista y espiritual, con un Jesucristo convertido en Superstar y payaso, maravilloso, idealista y contestatario.
Todavía respirábamos con el humo de los acontecimientos del 68 (nosotros lo comenzamos a vivir mucho más tarde, porque al contrario de lo que dicen muchos, jamás pisaron La Sorbona, ni levantaron adoquines en el “Quartier Latin”) pero sus coletazos y los libros de Sartre o Levy nos llegaron, cuando ETA mata a Carrero y muere Franco (no es por nada, pero lo vivimos como fiesta, porque nos íbamos de vacaciones). Ya corrían por los pasillos de los colegios las canciones de Rosa León, Quilapayún o Aute y comenzamos a despertar a la conciencia política. Al contrario de nuestros mayores, vivimos la experiencia del cambio político sin miedos y con curiosidad (algunos con militancia directa, porque era lo más “in”). Incluso había quién se inventaba su lucha antifranquista (eso sí, con la camisa azul en el armario, por si acaso).
Y luego vimos llegar las primeras elecciones democráticas (ufff … qué trabajo me cuesta escribir esto), el juego de los partidos, los mecheros y bolígrafos gratis … la Constitución, el comienzo de Juan Pablo II en Roma (un Papa no italiano, “cosa …”), después de la muerte de uno de los más efímeros, Juan Pablo I.
Comienzan los 80 con aquello de “La Movida”, que todos vivimos intensamente y los estrafalarios que nada contestatarios modernos, inflados de dinero a base de conciertos y medrajes varios (joder, cómo les dura), pero que nos hizo divertirnos a base de bien. Comenzó la primera música electrónica y se preparaba la eclosión de la discoteca americana que se impuso tras aquel “Fiebre del Sábado Noche”. El partido que le hemos sacado a Tony Manero … Alrededor de los 80 nos hicimos asiduo de conciertos en Madrid y en la feria de Montijo, cuando pasaba por aquí lo más de la música que sonaba en todas las radios. Recuerdo especialmente uno de Triana que no creo que haya sido superado jamás. Ah, y nuestro primer “walkman”, naturalmente con cinta pirateada u “original” portuguesa (entonces no se quejaron los artistas … ¿o sí?). Se cargan a Jhon Lennon, Tejero enseña los bigotes en el Congreso y vienen los socialistas … Y pensar que nos divertíamos con todo esto …
Naranjito, el Mundial, campos de futbol modernos y televisión en color en casi todas las casas, los videos que comienzan a pulular y con ellos, el cine que se resiente. Ya habían intentado matar a Juan Pablo II (cosa no vista ni pensada) y comienzan los problemas con los paises árabes y del Telón de Acero, que van a culminar más tarde, con la caida del muro de Berlín que hizo suspirar a muchos y que culminaba una cosa que se llamó la Perestroika. Nacía Radio Montijo y a mí me ordenaban de cura.
Los 90 nos van a sorprender con el túnel del Canal de la Mancha, y la “aislada” (nunca mejor dicho) Gran Bretaña, se une al continente. Comienza la Madre de Todas las Batallas y nos quedamos atónitos con la que se monta a costa de todos, porque al final, más de medio mundo se vió involucrado en aquello. Desaparece la URSS y el mapa hace que te vuelvas loco de la cantidad de paises “nuevos” que aparecen por doquier. Ya nada es como habíamos estudiado, aunque ya tuve mi primer ordenador personal para ir haciendo pinitos. En 1992, 500 años después, en un año memorable, nos íbamos de visita a la Expo de Sevilla (qué modernidades) y nos pegábamos al televisor para ver las Olimpíadas de Barcelona y sorprender al mundo entero con los progresos que habíamos hecho en lo deportivo en este país (por aquel tiempo, ya casi nadie lo llamaba España, por aquello de las autonosuyas). Aznar, presidente del gobierno y la derecha llega al poder sin dar un golpe de estado, fíjate qué cosas, parece que la política se tranquiliza … Y comienza la era de internet, aguanto lo que puedo, pero en 1999, un par de amigos me utilizan, me regalan e instalan un modem para poder comunicarse conmigo uno de ellos desde Inglaterra, lo consideré un craso error, pero ya no tenía remedio. Antes, un Madrid más bien flojito, pero bien dirigido se hace con la VII Copa de Europa, esta ya en color, luego vendrán la VIII y la IX, con un tal Vicente del Bosque de entrenador, un tal Toni Grande de segundo y un tal Paco Jiménez de informador. No eran los mejores jugadores del mundo, pero seguro que sí los mejores técnicos del mundo, como ha quedado demostrado.
Cambiamos de siglo con todo nuestro conocimiento, en la plenitud de la edad que dicen y nos encontramos un mundo nuevo, donde todo son promesas. Pero el Concorde se estrella y se va al garete con un montón de gente, para recordarnos que no, que nada es como parece. Ah, como ya éramos europeos, tras que Felipe González nos metiera en la OTAN, tenemos nueva moneda, y la rubia desaparece. Divertido era, no me lo neguéis …, precios en pesetas y en euros … y subidas de precio alucinantes para las economías del país. Antes, las Torres Gemelas se derrumban (recuerdo que comenzaba a comer cuando Matías Prat señalaba a un segundo avión) … qué miedo verlo en directo. Años después nos tocaba a nosotros los atentados de Atocha y veíamos como caía un gobierno que parecía repetiría en esos momentos en la derecha … pero no. De repente, también, aprendimos lo que era un Tsunami … Tampoco comprendemos muy bien qué pasa, pero se cargan a Sadam Hussein. Y vivimos la mayor crisis de la historia de la humanidad, de calado mundial y que no sabemos cuando acabará …
Para más vivencias, va España y se proclama campeona de Europa y del Mundo hace poco. Qué suerte hemos tenido. Cómo hemos visto cambiar al mundo. No creo que otra generación vea tantos y tan importantes sucesos en tan pocos años. ¿O sí?
Que nos quiten lo bailao y, ya sabéis: “Seamos realistas, hagamos lo imposible”.