martes, julio 27, 2010

POSES

El saldo de frustraciones que acumulamos en la vida, habitualmente, lo reflejamos en nuestras relaciones con los demás de una manera muy soterrada, de tal manera, que las conductas que consideramos habituales, las maquillamos con poses. La pose es un aceptado comportamiento, ya sea por el grupo más o menos pequeño, la tribu (urbana o primitiva, es lo mismo) o por una más o menos grande extensión de la propia sociedad. Es más, hay gente que se considera “asocial” y que conforma otro grupo, otra pose que contiene mucho más de forma social que aquello que denigran. La pose es muy importante.

Desde los mods ingleses, han ido apareciendo estéticas que tienen en común, la búsqueda de estandartes que definan, nunca de una manera definida (la redundancia es voluntaria), algo difícil de definir, pero que al componente le hacen feliz por pertenecer a algo que considera propio. Tras eso, viene la pose. Un ejemplo, ¿recordáis como andaba, bailaba y se peinaba Travolta en Fiebre del Sábado Noche? Cómo se copió aquello … Es curioso contemplar a un motero que conduce de una manera, no por comodidad, sino dependiendo del tipo de moto que lleva; o a un moderno rapero, haciendo polvo el espinazo con tal de curvarse como el último “moderno” cantante del ramo. Alucinante el cigarrillo en la comisura del macarra o los equilibrios de la pija-nada-pija con el cigarrillo, para que se le note el nivel social propio o impropio. ¿Qué decir del macarra ampliando gestos para parecer que nada le importa? Espectáculo emocional inenarrable el movimiento de bateria o guitarra del “heavy” afectado por AD/DC o Metallica; qué decir de la seria seriedad del fulano intelectual que considera que el mundo le debe cosas, cuando lee El País u opina de la razón por la cual el ABC de la política nacional no le tiene en cuenta. Y pose natural la del que le gusta hacerse pasar por fumata, porque lo es y para ser más, se descuelga con un deje motejado de palabros como “paso, passa, tío, tía, pasta …”; hay poses también morales, que normalmente todos las tenemos y que tienen que ver con lo que se considera politicamente correcto, corbata y chaqueta incluida. Hay otra que me resulta divertida que tiene que ver con el deporte, y que acompaña como más habitual la exhibición corporal o del tóxico dibu en forma tattoo, estrategicamente situado para disfrute, casi nunca con buen gusto, del personal, sobre todo juvenil. Qué decir del famoso piercing, moderna esclavitud con un componente publicitario de grandes masas, fomentado por cantantes, deportistas, actores (estos solo los llevan temporalmente, por razones obvias), que cubren enormes presupuestos personales con los pequeños o grandes sufrimientos de aquellos que tal como monos los imitan.

Y la mejor pose … la de cada uno con él mismo. Porque la verdadera pose, la que compartimos todos, es la que nos queda en la soledad, cuando nos quedamos con nosotros, cuando nos resta solo el silencio y tenemos que vernos, desnudos, sin gestos ni ropajes, sin ruidos que nos distraigan y normalmente nos dejará como en el vientre de nuestra madre y como en el momento de la muerte, porque es la más natural. La única natural.

Lo demás son solo falsas poses.

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