martes, marzo 29, 2011
REFLEXIONES
jueves, febrero 24, 2011
Un Cuento para San Valentín
domingo, febrero 13, 2011
Una Carta tarde
Querida Rachel (Cómo me gustaba repetir tu nombre, ¿te acuerdas?) …
Quiero sorprenderte y espero que no te duela que después de tantos reclamos tuyos acuda a ti, tan tarde.
Te he visto. Nuestro puente, el de las puestas de sol sin nombres. He querido parar la moto, pero ya sabes, las leyes, esas que según tú me gustaba saltar, hoy me han podido. No he parado; pero créeme, nada me hubiese gustado más. He comprendido.
Te he comprendido.
“No derroches”. Es verdad. Una décima de segundo para que lo comprenda todo. Solo he visto tu rostro. Y he comprendido. Me imagino que esa palabra siempre la he tenido conmigo. “Lo derrochas todo”. Llevabas razón, porque derroché todo. Es quizás el pecado de la juventud: derrochar.
No he guardado de la ternura con que te rodeaba, exageradamente. De los besos que intentaba prodigarte. De las risas con que te obsequiaba impunemente, de la falacia de tantos “te quiero”. Derroché hasta el sol de cada tarde contigo.
Tiré por la borda o por aquel pretil, apoyado en él, palabras exageradas de confianza en mí. Falsa además, te lo aseguro hoy. Dejé caer las monedas de bondad que tenía y que me invitabas a guardar e invertir, para ganar en este duro negocio de la vida. Tanto derroche.
He querido apretar el puño, mirar hacia atrás, reconocerte en aquella chiquilla que miraba mis ojos ¿con compasión dijiste?
Te extravié por no comprenderte … y, ahora que he comprendido, me queda un llanto de rabia, que contengo por no mojar el papel en el que te escribo.
¿Te acuerdas cómo te recriminaba que tú, poco más que una niña, pretendieras enseñarme a mí, valiente imberbe con aires de grandeza, los secretos de la vida y el amor?
Sé que llevabas razón, ahora. Pero es tarde. Todo lo que se derrocha se pierde para cuando es necesario. Ya he aprendido, espero no sea muy tarde.
Llevo casi treinta años sin decírtelo, pero de las pocas existencias que me quedan, acepta un “te quiero”, derroché tantos … Aceptámelo. Que te sirva por tantos años en silencio. Y créeme, llevabas razón, siempre fue un derroche.
Tu ¿me aceptas amigo?
PD: Sé cómo hacerte llegar estas palabras escritas ¿Me dejas que apure contigo cuanto me quede?
domingo, enero 30, 2011
CREATIVIDAD
En el desierto del Kalahari, en Africa, hay un pueblo, o mejor una comunidad de pueblos que se denominan “San”, que según los científicos, representan los ancestros de lo que hoy conocemos como “hombre”. Es decir, tras analizar la cadena genética, se ha llegado a la conclusión, que son el resto auténtico de los aproximadamente 2.000 hombres que dieron lugar a la humanidad moderna.
La explicación de que este resto diera la posibilidad de que el hombre moderno sea como es, a partir de solo 2.000 individuos, que por inteligencia, sobrevivieron a una catástrofe provocada por un volcán que destruyó y arrasó toda vida hace 74.000 años y al cambio climático que provocó, viene dada, por lo que se considera el germen de lo que de verdad nos hace humanos: la posibilidad de la abstracción e imaginación que dan lugar a la creatividad.
Para resumir este lío que he intentado presentar: hace 74.000 años, un volcán destruyó los primeros indicios de humanidad conocida, “el homo sapiens”, que tenía como especie, pocas posibilidades de progresar, porque a pesar de utilizar el cerebro, no conseguía evolucionar hacia un sistema de comunicación (lenguaje), ni a una capacidad de abstración suficiente para el progreso. De esa destrucción de la “primera humanidad”, salió un grupo de individuos, de los que nos restan los “San”, que resultaron ser los más inteligente y que supieron desarrollar un sistema de comunicación, un lenguaje (el lenguaje San se caracteriza por chasquidos con la boca, lo cual revela su antigüedad) y lo que es más importante, fueron capaces de desarrollar la capacidad de abstracción y comenzar a dibujar esquemáticamente, desarrollando la más importante de las capacidades humanas, la creatividad.
Tras intensas aventuras humanas, se desparramaron por todo el mundo, dando lugar a lo que conocemos hoy como la especie humana. De tal manera esto es así, que todos los hombres de todas las razas, venimos del mismo tronco. Los “San”, tienen la pecualiaridad de contener entre sus rasgos, por ejemplo, todos los diferentes rasgos de las razas humanas que conocemos como tales.
En definitiva, lo que nos ha dado la capacidad de progresar, de llegar a lo que somos y como nos reconocemos hoy en día, no es más que la creatividad. La imaginación puesta al servicio de ella.
El cerebro solo no habría bastado. ¿Qué cosa puede una central eléctrica sin el producto que le abastece y el desarrollo que a la vez consume esa producción? En definitiva, hay algo tras la central eléctrica que es el cerebro. Y hay algo después que consume y alarga en creatividad el proceso para hacernos humanos. Por eso, sin ese volcán, sin ese cambio esencial, los hombres habrían terminado desapareciendo, como lo hizo el homo erectus, o el austrolopithecus, que sí, usaron el cerebro, o lo desarrollaron al erguirse. Pero eso no les bastó. LO QUE NOS HACE HUMANOS, NO ES EL CEREBRO, SINO LA CREATIVIDAD. A desarrollarla para ser más humanos.